Tu diálogo interno

Publicado por Mercedes Andraca en

Te propongo revisar tu diálogo interno: cómo te hablas, tu trato hacia ti misma.

Cuando algo no te sale como quieres, ¿sueles aplicar el «qué tonta soy» o similar?

¿Te juzgas en tus acciones? «Debería haberlo hecho así, tenía que haber respondido asá…» (entendiéndolo desde la crítica dura o el reproche).

¿Tiendes a ponerte etiquetas o mantener las que te pusieron en su día? («soy un desastre, soy insoportable, soy una borde…») Leído suena horrible, ¿verdad? Estoy sintiendo cómo baja mi vibra sólo de escribirlo (además he puesto el tono «dictador» con el que nos hablamos cuando nos tratamos de esta manera tan dura).

Pues si suena mal leerlo, ¿cómo sienta dentro cuando estamos constantemente dándonos caña?

Date cuenta que como te sientes es la info que transmites por todo tu organismo hasta tus células…

Podríamos poner infinidad de ejemplos, con que resuenes con uno de los tres mencionados o te lleve a otro diálogo personal de baja calidad, ya hay una señal de revisión interna. En ocasiones nos tratamos como no trataríamos a ninguna otra persona, por respeto, empatía y amor al otro.

Ok, entonces, ¿qué coño pasa para que nos tratemos como no se nos ocurre tratar a los demás?

Diálogo interno como vía de amor propio

Hoy te invito a reflexionar sobre tu diálogo interno, si te tratas con respeto, dulzura y amor… maravilloso.

Si no es así, date cuenta de este maltrato (que parece que sólo lo vemos en el exterior) y empieza a corregir tus: «soy idiota» por «lección aprendida»; «debería haber hecho o dicho lo otro» por «la próxima vez lo haré de este modo con el que me siento mejor»; «soy un desastre» por «hoy ando despistada»; o «soy insoportable» por «hoy estoy más sensible o irascible».

Fíjate que diferencia decir «soy» a «estoy», que le da una connotación pasajera, no ancla la etiqueta en la personalidad.

Dicho lo cual, es momento de hablarnos con cariño, ternura y darnos permiso a cometer errores, que no pasa nada, joer.

Guárdate esta info para tenerlo presente de ahora en adelante.

Márcate el firme propósito de tratarte como te mereces (en la frecuencia elevada).