El poder de la palabra

Publicado por Mercedes Andraca en

puedo, quiero y lo merezco

¿Te has parado a observar cómo te expresas?

La palabra tiene un poder tal, que determina el resultado de los deseos y acciones que manifestamos verbalmente.

decretar

Si dices: «no puedo hacer ésto», hasta que no cambies tu discurso, ni te molestes en intentarlo porque ya has dado la orden a tu cerebro de no poder llevar a cabo esa acción o intención.

Por un lado, por medio de la palabra decretamos inconscientemente, por otro lado, las palabras, como todo en el Universo, tienen una vibración. Si partimos de la base de su vibración, puedes imaginarte la frecuencia que tiene «voy a conseguir este objetivo» frente a «me muero sólo de pensarlo».

La vibración de la palabra

¿Te has dado cuenta de la cantidad de frases hechas que llevan la palabra morir u otras palabras de muy baja vibración como puede ser: terrible, horrible, infarto…? Por ejemplo: «me hizo una gracia terrible», «me va a dar un infarto», «te está bien merecido» (en este caso, relacionamos el merecimiento con castigo), «me muero de risa»…

Curiosamente estas palabras de baja frecuencia son muy empleadas en frases con intención positiva, restando frecuencia a la energía proyectada sobre lo que se está verbalizando…

También acostumbramos a hablarnos de manera peyorativa ante nuestros propios errores «soy tont@», «qué idiota soy», incluso nos insultamos en tercera persona: «estás atontad@», «no te enteras», «a ver si espabilas»… Este mal trato que nos damos, acaba minando nuestra autoestima y confianza.

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Cambiando tu forma de hablar

Teniendo en cuenta cómo influye tu manera de hablar y las palabras que empleas sobre aquello que estás mentando, te invito a que observes cómo te expresas en tus conversaciones, detectes qué palabras puedes sustituir y lo pongas en práctica.

Esta nueva forma de hablar lleva tiempo, ten en cuenta que llevas toda la vida hablando de una determinada manera. Así que cuando empieces a hacer cambios y veas que se te escapan palabras de baja vibración, ¡no pasa nada! No te fustigues al darte cuenta de que has empleado una palabra que no encaja en la intención de tu expresión, simplemente aprende. De eso se trata 😉

Si observas a las personas de tu entorno, te será más fácil detectar cómo vibran las personas según sus conversaciones y encontrarás la relación que existe entre el tipo de vocabulario que emplean y su estado anímico, armonía e incluso sus circunstancias.

Al fin y al cabo, dicen que se trata de una cuestión de actitud, y tus palabras reflejan la tuya.


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